En agosto le entraron ganas de volver a casa, así que
preparó su regreso. Pero sólo estuvo unos días. En seguida se apuntó a otra
aventura, se fue a Nepal con Rick. Los invitaron a conocer un proyecto que
había organizado Linda, una británica que pedía a empresarios que fueran a la
zona y vivieran la realidad del lugar donde deseaba poner en marcha la
iniciativa.
Al volver trabajó dando algunas conferencias y empezó a plantearse
un nuevo reto deportivo. El Ironman de Lanzarote, pero sólo tenía siete meses
para preparármelo. Su entusiasmo consiguió engatusar a Andreu para ser su
entrenador y guía. Con ese pacto se marchó, una vez más, de viaje. Se fue a
hacer un curso de meditación en India. Aprendió a entrar en contacto con su yo
más profundo, a despertar su conciencia.
En menos de un año había viajado alrededor del mundo, de EE
a Nepal, de España a la India. Enhamed siempre fue una persona inquieta que
necesitaba estar eternamente en movimiento.
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