Las dos semanas siguientes fueron muy malas. Estaba muy
removido por dentro. Tenía muchas razones por las que ser feliz, pero no lo
conseguía. Él ya había empezado a leer de forma compulsiva desde abril del
2006. Pero Enhamed cree que lo hacía como un modo de evasión. Algo cambió
dentro de él cuando empezó a leer Siddhartha, de Herman Hesse.
Se vio reflejado. Él quería emprender ese camino en busca de
su propia verdad. El protagonista emprende ese viaje para encontrarse pero,
también para hallar un mundo real. La gente empieza a seguirle pero él les dice
que no le sigan, que hagan lo mismo y busquen su propio camino.
También comprendió que ese camino es desde el interior hacia
afuera, que no podía culpar al mundo de lo que le pasaba, tenía que cambiar por
dentro. Tenía que encontrar la forma de aplicar a su vida lo que había visto en
el cine y lo que estaba leyendo en casa. Ese fin de semana le salieron un
montón de planes encadenados.
Se fue a cenar con sus dos amigas. Una se iba de viaje e
iban a despedirla. Hizo lo que nunca se había atrevido, arriesgarse: irse de
fiesta. La aventura terminó el domingo, después de dormir en una casa que no
era la suya, y de estar en un parque, toda la tarde, comiendo helado. Se sentía
diferente. Había sido algo imprevisto. Fuera de todo lo que era habitual.
Ese fin de semana se produjo en él lo que se llama un
interruptor de patrón. Haberse atrevido a hacer algo diferente, y que hubiera
salido, bien le ayudó a parar todos los esquemas anteriores: resignarse a estar
aburrido, a estar solo, a no hacer nada o a pensar que él no podía ir de
fiesta.
El cambio de su patrón mental fue un proceso inconsciente.
Fue escucharse diariamente y prestar atención a su dialogo interior. Llegó el
lunes y decidió pensar de otra forma. Cuando fue a entrenar, pensó que daba
igual si salía bien o mal porque iba a dar el máximo. No quiso reservar las
energías pensando que las necesitaría para el final. Algo había cambiado dentro
de él.
Se centró en cada serie. Cuando terminó el entrenamiento
descubrió que había hecho el mejor promedio de marcas de los últimos dos años.
En realidad se trataba del nuevo Enhamed; el viejo, estaba empezando a
desaparecer.
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