Enhamed cree que, tanto los entrenamientos en natación como
lo que le enseñó Mayca cuando se entrenó como ciego durante unos meses, le han
servido para no tener miedo a encarar retos.
Ahora vive en EE.UU y cuando tomó la decisión no sabía nada
de inglés. Por eso, decidió irse unos meses a Boston a aprender, y que fuera lo
que Dios quisiera. Se trajo de allí una especie de walkie talkies, discretos.
Con ellos, se lanzaba solo a aprender cosas, aunque bajo su supervisión. Muchas
veces, a través de ellos, se decía qué hacer.
Porque a veces, Enhamed sentía que molestaba si, en lugar de
pedir un bollo que lleve crema, le pide al dependiente que le describa lo que
hay. Mayca le repetía: ‘no estás molestando, tienes que preguntar, porque no
ves y para eso están. Es su tienda; que lo hagan’.
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