miércoles, 8 de junio de 2016

Capítulo 30: Oscuridades

Cuando dejó de jugar lo hizo absolutamente convencido, porque para él seguir jugando a baloncesto carecía ya de sentido. Necesitaba cambiar y de encontrar algo que le permitiera profundizar más. No sabía cuál era la dirección pero tenía claro que no lo era el baloncesto. 

Tenía treinta y un años y había vivido veinte para ese deporte. Había entrado en un periodo en el que por primera vez no tenía un objetivo que alcanzar y seguía inmerso en la más absoluta incertidumbre.

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