Todos esos años de trabajo y de
transformación interior y las circunstancias en las que se desarrollaron habían
dejado huella en su segundo matrimonio, el cual terminó en 2011. Tras finalizar
un matrimonio hay que hacer balance y quedarse únicamente con lo bueno. Solo de
esa manera, sin apegos y con perspectiva, sea la única manera de extraer
enseñanzas y de verlo como parte de nuestra evolución personal y no como un
fracaso, cuando se rompen esos lazos entre dos personas.
Con su segundo divorcio había cerrado
el círculo del conflicto personal de su vida y estaba listo para empezar una
nueva vida. Ahora iba ligero de equipaje y no era un todo o nada. No tenía que
abandonar completamente un tipo de vida para iniciar otro totalmente diferente.
Ahora consistía en empezar una nueva vida de manera equilibrada en la que tenía
que combinar todo lo aprendido y lo tenía que hacer entre los dos lugares que
ya conocía, Chamonix y Madrid.
Sentía que estaba en el momento
adecuado y en lugar adecuado para aportar nuevas ideas de cómo enfrentar la
vida. Sentía que mucha gente necesitaba ayuda para salir de sus cárceles
interiores y él tenía la capacidad de ayudarles gracias a las experiencias
vividas.
De esa manera llegó al momento actual.
No se considera ni prisionero del pasado ni esclavo del futuro. Vive cada día
para darle sentido a su vida, sabiendo que ni alcanzar objetivos o resultados,
ni llegar a ser algo en la sociedad o el sistema le imponga nada.
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