Si tuviera que quedarse con algo de todo lo maravilloso que
la montaña le ha aportado diría que es el silencio y la auto trascendencia. El
hecho de vivir en una sociedad inmersa en el ruido provoca que la reacción ante
el silencio sea inicialmente de rechazo. Al no estar acostumbrados a ello, al
principio puede provocar temor y convertirse en una experiencia que produce
vértigo.
Este silencio físico es el regalo más extraordinario que
la montaña puede reglar a cualquiera porque te lleva al silencio interior. Es
la clave para poder tomar distancia de la propia realidad y de tu entorno
habitual y someterlo de esa manera a otro tipo de valoración. Del silencio nace
la atención y la concentración, la reflexión y la introspección que te abren la
puerta de tu camino espiritual.
Trascender es ir más allá, cruzar una frontera, superar un
límite, introducirse en un terreno desconocido. Como explica el doctor en
filosofía Torralba: Por autotrascendenica entendemos la capacidad de expandir
el yo más allá de los confines comunes de las experiencias vitales y
cotidianas, nos referimos a la capacidad de abrirse nuevas perspectivas desde
criterios distintos a la lógica racional
La montaña tiene para nuestro protagonista dos ámbitos distinto: uno es su afición al alpinismo y otro es su trabajo como guía acompañante de montaña. El
alpinismo le apasiona. Hacer cosas arriesgadas, ir más allá de lo que piensas
que son tus límites. La media montaña es
mucho menos arriesgada y te da la oportunidad de establecer un tipo de relación
con los clientes que la alta montaña no te permite.
La faceta de guía es muy distinta y la sensaciones son
diferentes. Guiar a un grupo de personas por la montaña es maravilloso. Es ante
todo responsabilidad, porque la gente se pone en tus manos y deposita en ti
toda la confianza. A nivel emocional, las personas sienten que se caen barreras
y se vuelven vulnerables.
Las grandes travesías de una semana o incluso de más, son un
dar y recibir continuo. Pudo ver la evolución de los participantes desde el
primer momento hasta el último día. Ha comprobado que para estas vivencias es
indiferente la edad o el lugar de nacimiento. Cuando los sacas de sus hábitats
naturales y no tienen el control se vuelven miedosos y temerosos.
Salir de tu
zona de confort pone de manifiesto todos tus miedos e inseguridades más profundos.
La obsesión de vivir pensando en encontrar una seguridad basada en lo material
y por ello inexistente no nos permite crecer mentalmente si no que nos estanca.
El dinero debería ser un medio que te permite realizar proyectos no solo un fin
en si mismo.
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