viernes, 10 de junio de 2016

Capítulo 35:Lo que la montaña me ha dado

Si tuviera que quedarse con algo de todo lo maravilloso que la montaña le ha aportado diría que es el silencio y la auto trascendencia. El hecho de vivir en una sociedad inmersa en el ruido provoca que la reacción ante el silencio sea inicialmente de rechazo. Al no estar acostumbrados a ello, al principio puede provocar temor y convertirse en una experiencia que produce vértigo. 

Este silencio físico es el regalo más extraordinario que la montaña puede reglar a cualquiera porque te lleva al silencio interior. Es la clave para poder tomar distancia de la propia realidad y de tu entorno habitual y someterlo de esa manera a otro tipo de valoración. Del silencio nace la atención y la concentración, la reflexión y la introspección que te abren la puerta de tu camino espiritual. 

Trascender es ir más allá, cruzar una frontera, superar un límite, introducirse en un terreno desconocido. Como explica el doctor en filosofía Torralba: Por autotrascendenica entendemos la capacidad de expandir el yo más allá de los confines comunes de las experiencias vitales y cotidianas, nos referimos a la capacidad de abrirse nuevas perspectivas desde criterios distintos a la lógica racional

La montaña tiene para nuestro protagonista dos ámbitos distinto: uno es su afición al alpinismo y otro es su trabajo como guía acompañante de montaña. El alpinismo le apasiona. Hacer cosas arriesgadas, ir más allá de lo que piensas que son tus límites. La media montaña es mucho menos arriesgada y te da la oportunidad de establecer un tipo de relación con los clientes que la alta montaña no te permite.
La faceta de guía es muy distinta y la sensaciones son diferentes. Guiar a un grupo de personas por la montaña es maravilloso. Es ante todo responsabilidad, porque la gente se pone en tus manos y deposita en ti toda la confianza. A nivel emocional, las personas sienten que se caen barreras y se vuelven vulnerables.


Las grandes travesías de una semana o incluso de más, son un dar y recibir continuo. Pudo ver la evolución de los participantes desde el primer momento hasta el último día. Ha comprobado que para estas vivencias es indiferente la edad o el lugar de nacimiento. Cuando los sacas de sus hábitats naturales y no tienen el control se vuelven miedosos y temerosos. 

Salir de tu zona de confort pone de manifiesto todos tus miedos e inseguridades más profundos. La obsesión de vivir pensando en encontrar una seguridad basada en lo material y por ello inexistente no nos permite crecer mentalmente si no que nos estanca. El dinero debería ser un medio que te permite realizar proyectos no solo un fin en si mismo.

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