miércoles, 22 de junio de 2016

Capítulo 25: Las mieles de la victoria

Su primer día al llegar al instituto después de la competición de Atenas fue muy especial. Mientras un compañero le entretenía Enhamed no paraba de preguntar que ocurría… hasta que lo llevó a un patio interior donde estaba todo el instituto reunido para aplaudirle.

De golpe tuvo que hablarles a todos. Un  verdadero choque respecto a sus primeros meses en el centro. Se hizo visible y vivió una situación muy curiosa. Todos los profesores se aseguraban de que ellos sabían que quedaría lejos. El nuevo director del instituto tomó la palabra. Él sí que lo había apoyado. Había escuchado sus dificultades para hacer los deberes, tras madrugar a las 5 am para después nadar toda la tarde.


En el discurso, miró a los profesores y dijo: “veis os lo dije. Enhamed nos enseña una sabia lección: no esperes reconocimiento de nadie mientras haces una tarea. El reconocimiento viene después.”

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