Su primer día al llegar al instituto después de la
competición de Atenas fue muy especial. Mientras un compañero le entretenía
Enhamed no paraba de preguntar que ocurría… hasta que lo llevó a un patio
interior donde estaba todo el instituto reunido para aplaudirle.
De golpe tuvo que hablarles a todos. Un verdadero choque respecto a sus primeros
meses en el centro. Se hizo visible y vivió una situación muy curiosa. Todos
los profesores se aseguraban de que ellos sabían que quedaría lejos. El nuevo
director del instituto tomó la palabra. Él sí que lo había apoyado. Había
escuchado sus dificultades para hacer los deberes, tras madrugar a las 5 am
para después nadar toda la tarde.
En el discurso, miró a los profesores y dijo: “veis os lo
dije. Enhamed nos enseña una sabia lección: no esperes reconocimiento de nadie
mientras haces una tarea. El reconocimiento viene después.”
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