Ser ciego significaba tener que pedir ayuda de vez en
cuando. Es algo que todo ser humano vive, bien sea por enfermedad, por
situaciones coyunturales, o al llegar a la vejez. Por eso hay que saber ayudar
y pedir ayuda con naturalidad. Esa es otra de las grandes lecciones que le ha
enseñado la ceguera.
Y en su entrenamiento para el Ironman fueron muy duros; más
de lo que pensaba. Pero nunca rindió y esa era la clave del éxito. La
motivación es como la Coca-Cola: cuando abres la botella tiene mucha fuerza,
pero si la dejas tres días en la nevera, pierde todo su gas. La gente se
dispara el 1 de enero y, quince días después, no hay nadie en el gimnasio.
Muchos le preguntan en sus conferencias si el talento y la
motivación están sobreestimadas. Y él responde que lo verdaderamente importante
es el compromiso y la disciplina. Uno se compromete a concluir algo y tiene que
hacerlo… Hacerlo, pase lo que pase, cansado, enfermo, con falta de sueño… sea
como sea: lo haces.
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