Se levantó y ayudó a Caballo a despertar al resto. La noche anterior, un amigo de Caballo había cargado su equipaje en un burro y había partido en dirección a Urique, así que todo lo que debían llevar era gua y comida suficiente para el trayecto.
Caballo los conducía a través de un delgado camino que rodeaba la orilla. Iban en fila y a paso ligero. Para cuando amaneció, habían dejado el río atrás e iban montaña arriba. Caballo estaba yendo rápido, incluso más que el día anterior. Comieron en el camino, masticando trocitos de tortillas y barritas energéticas, y bebiendo tragos cortos de agua, por si tuviera que durar todo el día. Era como si se estuvieran sumergiendo en un océano verde sin fondo.
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