sábado, 12 de marzo de 2016

Capítulo 22

Se suponía que en media hora debían ponerse en marcha para su encuentro con los tarahumaras. Meses atrás, Caballo les había dicho que les dieran alcance en una pequeña cañada de árboles en la subida a las montañas Batopilas. El plan era subir y cruzar la cumbre, para luego bajar por la parte de trasera de la montaña y cruzar el río hasta la aldea de Urique. No sabía qué haría Caballo si los tarahumaras no aparecían, ni qué haría él si sí lo hacía. 

Se levantó y ayudó a Caballo a despertar al resto. La noche anterior, un amigo de Caballo había cargado su equipaje en un burro y había partido en dirección a Urique, así que todo lo que debían llevar era gua y comida suficiente para el trayecto.  

Caballo los conducía a través de un delgado camino que rodeaba la orilla. Iban en fila y a paso ligero. Para cuando amaneció, habían dejado el río atrás e iban montaña arriba. Caballo estaba yendo rápido, incluso más que el día anterior. Comieron en el camino, masticando trocitos de tortillas y barritas energéticas, y bebiendo tragos cortos de agua, por si tuviera que durar todo el día. Era como si se estuvieran sumergiendo en un océano verde sin fondo.


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