El segundo año en Madrid supuso el paso al equipo cadete,
con jugadores un año mayores que él Más competitividad y más entrenamientos y
más presión par demostrar que tenía futuro en esta profesión. En ese año
llegarían los partidos contra el Estudiantes, que supusieron el comienzo de una
rivalidad y de una antipatía eternas.
Se le pone la piel de gallina sólo recordando las
barbaridades que se oían desde las gradas contra chavales de catorce o quince
años. Ganaron en Madrid y el premio fue ir al campeonato de España de Cadete.
Llegamos a la final y era la primera vez que jugaba a nivel nacional y era
además contra el Barcelona. Sus sueños infantiles se hacían realidad. La final
la perdieron pero aprendió que se aprende más de las derrotas que de las
victorias. Ya que el fracaso lleva al análisis de las causas a diferencia de la
victoria. Ésta solo se saborea sin porqués incesantes que golpean la mente en
busca de respuestas.
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