martes, 24 de mayo de 2016

Capítulo 3: El deporte como escuela de vida. Descubrimiento del baloncesto.

Desde los seis años su rutina diaria era la siguiente: el despertador sonaba a las seis de la mañana, cogía el autobús que le llevaba al pabellón de los deportes y allí hacía natación de siete a nueve. Iba al colegio de los Salesianos a las diez. Pero, su mente en realidad estaba en otro lugar. Volvía a casa para comer y tras comer iba a clase de inglés. Odiaba estudiar. Le aburría. Esto hizo despertar su instinto y buscar un modo de salir de aquella situación. Es increíble que desde pequeño tuviese claro que su camino sería partir a otra ciudad y no cursar estudios universitarios. No sabía cual era su camino hasta que descubrí el baloncesto.

Recuerda que tenía 8 años y el profesor les hacía jugar a diferentes deportes durante la clase. Le enamoró el baloncesto desde el primer momento y supo inmediatamente que aquel sería su camino. Durante dos años compaginó la natación por las mañanas con el baloncesto por la tarde, pero entonces le dije a mi padre que solo quería dedicarme al baloncesto. Sentía que sería mi profesión. Yo ya se veía jugando en el real Madrid. Esos jugadores le inspiraban y su sueño era poder inspirar algún día a alguien como ellos lo hacían con él.

El baloncesto le ayudó tanto en el aspecto emocional como social. Le sirvió además para introducir la disciplina, cultura de esfuerzo y sacrificio en su vida. Los años siguientes transcurrieron en la misma dinámica. Los estudios iban de mal en peor y cada vez tenía menos ganas de estudiar. No le importaba porque vivía su día a día entrenando y soñando con jugar en el Real Madrid. 

Sus mejores recuerdos del baloncesto fueron de aquellos días. Le habían regalado un balón y era su mejor amigo. Al salir del colegio se quedaba horas jugando con él. Se imaginaba como la gente le aplaudía y animaba. Así perdía el sentido del tiempo. 

El hecho de hacer algo por lo que sientes pasión provoca que sigas adquiriendo energía de ello mientras lo sigues haciendo. Su asistencia posterior a cursos de coaching le ha llevado a constatar lo raro y especial de su visión ya que no es usual en niños tener ese destino tan claro. La clave es ayudarlos a desarrollar sus talentos desde la infancia y no encasillarlos en el mercado.


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