martes, 24 de mayo de 2016

Capítulo 4: Un objetivo claro, una realidad anticipada.

En el verano de 1985 su padre lo llevó a un campus en Oviedo. En dicho campus participaban entrenadores de las mejores canteras de España y allí conoció a Ángel Gonzalez Jareño, entrenador del equipo infantil del colegio del Buen Consejo. 

Este colegio era por entonces filial del Real Madrid. A los pocos días de finalizar el campus llamó a su casa Clifford Luyk jefe de la cantera del Real Madrid, para decirle que querían ficharme. Para la mayoría de chavales habría sido una noticia extraordinaria pero para él fue una gran noticia pero no una sorpresa porque lo esperaba. 

Estaba seguro de que todos nacemos con cualidades únicas pero la mayoría de gente no las desarrolla porque conforme crecemos el entorno y la sociedad hace que las olvidemos. Por desgracia, se desaprovecha una gran cantidad de talento y se desarrollan personas frustradas e infelices que luego rendirán muy pocos en sus trabajos. Todos debemos tener la capacidad de proyectarnos en el futuro y eso es a veces muy difícil.

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